viernes, 21 de diciembre de 2018

El entrenamiento autógeno

El entrenamiento autógeno es un método de relajación que se consigue por medio de la concentración, también denominado como "autorrelajación concentrativa", descrito por el neurólogo J. H. Schultz en el primer tercio del siglo XX. Dicho entrenamiento pasa por diferentes fases: peso, calor, regulación del corazón, regulación de la respiración, regulación abdominal y enfriamiento de la frente.


A la hora de realizar el ejercicio he ambientado mi habitación de forma placentera: temperatura de 22º Centígrados, música relajante de fondo y una luz tenue procedente de una vela con aroma a canela. El material que he elegido ha sido una colchoneta de gimnasio para realizar la actividad decúbito supino.



Tras realizar el ejercicio doy paso a especificar el grado de relajación siendo 1 no relajado y 10 completamente relajado:



Fase del peso: 9
Fase del calor: 10
Fase del control cardíaco: 5
Fase del control respiratorio: 7
Otras fases o vivencias: 8
Observaciones: He de señalar que tenía cierta experiencia con otras técnicas practicadas anteriormente como Alexander, Yoga y otras de relajación. Por lo que, me sentía familiarizada con ciertas fases del ejercicio como el peso, la respiración y el calor. Sin embargo, la regulación del corazón y enfriamiento de la frente eran más desconocidos para mí por lo que he perdido un poco la concentración... e incluso he sufrido algo de paranoia al centrarme en mi propio control cardíaco y he acabado por chequear mi pulsaciones. Por supuesto, es evidente que si repito este ejercicio con más frecuencia pueda familiarizarme mucho más para así experimentar vivencias más placenteras y relajantes en el futuro.


Cuando comencé a estudiar mi Bachelor, me encontré con una asignatura obligatoria llamada "técnicas de relajación". Al principio pensé que era una chorrada para rellenar créditos, pero cuánto la he agradecido después. Durante mi grado elemental y profesional no sabía de la existencia de esto, tenía muchísimas tensiones en los brazos y en la espalda, y por si fuera poco, a la hora de tocar en público me entraban ganas de vomitar, sudores fríos e incluso dolor de cabeza. Las técnicas de relajación deberían incluirse en todos los centros educativos, sólo aportan beneficios y ayudan verdaderamente a canalizar muchos estados negativos. Vivimos en una sociedad de mucho estrés y no nos enseñan a relajarnos, sino que acabamos canalizando el estrés a través de enfermar. Siempre recomiendo encarecidamente realizar algunas prácticas de relajación dentro de tu vida cotidiana, incluso en momentos puntuales he parado una clase de instrumento para hacer relajación. 




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