domingo, 23 de diciembre de 2018

Tarea Final: LA ESTRATEGIA DE LA ESCUCHA ACTIVA EN LA EDUCACIÓN MUSICAL

Para la finalizar el curso de Inteligencia Emocional y Enseñanza de la Música me he decantado por trabajar la escucha activa. Lo considero un tema de gran interés debido a que le doy mucha importancia a la premisa de que el ser humano ha de sentirse escuchado.

La pieza musical que he elegido es el Andante de la Sinfonía nº 94 “La Sorpresa” de J. Haydn, la cual me ha servido de eje central para el desarrollo de varias actividades tanto válidas dentro del campo de la educación musical como fuera. 

Pinchando en el siguiente enlace podéis ver las actividades propuestas junto con las conclusiones:

sábado, 22 de diciembre de 2018

El suspenso de Juanito en Cámara

Juanito, un niño de 14 años, cursa su primer año de Música de Cámara (especialidad Violín) en el Conservatorio. Es un niño jovial y sus resultados académicos no difieren de los de otros compañeros de su curso. Ha terminado el primer trimestre y cuando le entregan las notas observa que no ha aprobado la asignatura de Música de Cámara, sin saber la razón del suspenso, y su compañera del dúo ha obtenido una calificación satisfactoria. Cuando Juanito llega a casa su madre le espera con el ansiado bocadillo de mortadela que tanto le gusta. Sin embargo, Juanito da un beso a su madre y se encierra en su habitación… Su madre no entiende nada, por lo que, le llama a la puerta varias veces pero Juanito no contesta. Entonces ella decide entrar y se encuentra a Juanito tirado encima de la cama con la mirada perdida hacia el techo. Le pregunta el por qué de ese comportamiento y Juanito le lanza de malos modales el boletín de notas del conservatorio. La madre resoplando lo recoge del suelo y ve el suspenso, le pregunta si se puede saber por qué no ha aprobado la asignatura si parecía que se sabía la obra cuando la practicaba en casa. Juanito se encoje de hombros y le dice que su compañera encima tiene un 9. Juanito se marcha a la cocina a por su bocadillo pero le cuesta comerlo porque tiene un nudo en la garganta que no le deja tragar. Tras lo sucedido, la madre le pide que hable con su profesor para saber el por qué del suspenso y, además, ella irá a hablar con él durante la próxima tutoría. A la semana siguiente, Juanito ve varias veces a su profesor por el conservatorio pero no se atreve a preguntarle. Finalmente, hace caso de su madre y habla con él.  Este, le comenta que la obra no estaba lo suficientemente preparada y que sonaba muy ramplona. Además, le dijo que no aportaba ningún tipo de idea en la agrupación a pesar de haberle avisado durante varias clases de que su comportamiento era completamente pasivo. Sin embargo, le explicó que su compañera de cámara (pianista) había aprobado porque su actitud era mucho más activa: le daba todas las entradas, sugería matices, articulaciones, rubatos... pero él simplemente se acomodaba a seguirla sin aportar nada por su parte. El profesor intentó explicarle a Juanito, una vez más, que hacer música de cámara era cosa de todo el grupo. En este caso, ambos debían tener iniciativas, proponer cosas ya estén bien o mal, pero que trabajar en conjunto era lo más importante. Juanito le contesta a su profesor que como le ha tocado una compañera que siempre ha tocado tan bien el piano, que se sentía inferior a ella y por eso simplemente intentaba seguirla sin entorpercerla demasiado. El profesor tarda unos segundos en continuar con la conversación porque ahora entiende la actitud de Juanito.  Tras unos instantes de silencio, insiste en concienciar a su alumno que es un trabajo de equipo donde todos los integrantes tienen el mismo derecho a opinar y todas las opiniones son igual de válidas y respetables, por lo que se ha de llegar a un acuerdo musical conjunto a la hora de interpretar una pieza. Juanito queda totalmente sorprendido ante las palabras de su profesor, pero se siente mejor y con muchas ganas de darse a valer. Por otro lado, el profesor reflexiona y se da cuenta de que tiene que incidir más en la comunicación para que ésta mejore dentro del aula. Ha de dar conciencia a sus alumnos sobre la escucha activa, la empatía y llegar a acuerdos de forma democrática. Juanito sale del despacho de su profesor con una sonrisa calmada. 


Análisis de los acontecimientos desde el punto de vista de la inteligencia emocional; ¿cómo se sienten los protagonistas en cada momento?

A lo largo de la historia Juanito experimenta diferentes emociones: En un primer momento, se siente avergonzado y frustrado porque no ha aprobado la asignatura de Cámara y su compañera tiene muy buena nota. Esto le genera ciertas inseguridades que desembocan en rabia al lanzarle el boletín a su madre, tristeza de tener un suspenso, complejo de que su compañera tiene un 9, y miedo al temer preguntarle a su profesor. Tras hablar con el profesor, Juanito le confiesa su complejo de inferioridad y de ahí su actitud pasiva. Además, está asombrado porque hasta ahora no había entendido con tanta claridad en lo que consistía una buena comunicación como la escucha activa, la empatía o el diálogo. Al final de la conversación Juanito se siente motivado de cumplir con su parte del papel, a la vez que aliviado y con la suficiente confianza en sí mismo como para dar a valer su opinión. Y es que, como bien dice el refrán "no hay mal que por bien no venga". 

Por otro lado, el profesor al principio está sorprendido ya que no entiende por qué Juanito le está pidiendo explicaciones sobre su nota. Tras la confesión de Juanito, el profesor reflexiona interiormente y se da cuenta de que tiene que cambiar el sistema de liderazgo en sus clases llevándolo a un terreno afiliativo, donde se compartan más abiertamente las emociones.

Como solución, el profesor a partir de ahora propone al grupo que rellenen unas fichas que les pueden ayudar a gestionar su trabajo en grupo durante los ensayos. Se trata del organigrama de tareas basado en la propuesta de Gil y otros (1999):




  



viernes, 21 de diciembre de 2018

El entrenamiento autógeno

El entrenamiento autógeno es un método de relajación que se consigue por medio de la concentración, también denominado como "autorrelajación concentrativa", descrito por el neurólogo J. H. Schultz en el primer tercio del siglo XX. Dicho entrenamiento pasa por diferentes fases: peso, calor, regulación del corazón, regulación de la respiración, regulación abdominal y enfriamiento de la frente.


A la hora de realizar el ejercicio he ambientado mi habitación de forma placentera: temperatura de 22º Centígrados, música relajante de fondo y una luz tenue procedente de una vela con aroma a canela. El material que he elegido ha sido una colchoneta de gimnasio para realizar la actividad decúbito supino.



Tras realizar el ejercicio doy paso a especificar el grado de relajación siendo 1 no relajado y 10 completamente relajado:



Fase del peso: 9
Fase del calor: 10
Fase del control cardíaco: 5
Fase del control respiratorio: 7
Otras fases o vivencias: 8
Observaciones: He de señalar que tenía cierta experiencia con otras técnicas practicadas anteriormente como Alexander, Yoga y otras de relajación. Por lo que, me sentía familiarizada con ciertas fases del ejercicio como el peso, la respiración y el calor. Sin embargo, la regulación del corazón y enfriamiento de la frente eran más desconocidos para mí por lo que he perdido un poco la concentración... e incluso he sufrido algo de paranoia al centrarme en mi propio control cardíaco y he acabado por chequear mi pulsaciones. Por supuesto, es evidente que si repito este ejercicio con más frecuencia pueda familiarizarme mucho más para así experimentar vivencias más placenteras y relajantes en el futuro.


Cuando comencé a estudiar mi Bachelor, me encontré con una asignatura obligatoria llamada "técnicas de relajación". Al principio pensé que era una chorrada para rellenar créditos, pero cuánto la he agradecido después. Durante mi grado elemental y profesional no sabía de la existencia de esto, tenía muchísimas tensiones en los brazos y en la espalda, y por si fuera poco, a la hora de tocar en público me entraban ganas de vomitar, sudores fríos e incluso dolor de cabeza. Las técnicas de relajación deberían incluirse en todos los centros educativos, sólo aportan beneficios y ayudan verdaderamente a canalizar muchos estados negativos. Vivimos en una sociedad de mucho estrés y no nos enseñan a relajarnos, sino que acabamos canalizando el estrés a través de enfermar. Siempre recomiendo encarecidamente realizar algunas prácticas de relajación dentro de tu vida cotidiana, incluso en momentos puntuales he parado una clase de instrumento para hacer relajación. 




La importancia de una buena comunicación

En esta tarea voy a explicaros lo que significa para mí una buena comunicación y la importancia que tiene en los centros educativos.

La buena comunicación para mi es aquella que es constructiva, fluida y sana. Así mismo, una buena comunicación nos permite abrir muchas nuevas puertas ya que nos facilita las relaciones interpersonales y con uno mismo.



De la misma manera, creo que es muy importante sentirnos escuchados. Por lo que, la escucha ha de ser activa, es decir, que el oyente le demuestre al hablante que le ha entendido. Este aspecto es vital a la hora de trabajar con los alumnos porque es necesario que ellos me escuchen y entiendan, pero también es importante que yo como profesora los escuche y comprenda también para que exista un intercambio de relaciones fluido y fructífero. 

Sin embargo, pocas cosas son más frustrantes como la incapacidad de entender y hacernos entender. Me parece interesante señalar este punto ya que, en mi caso, la primera vez que me tuve que ir a vivir al extranjero me sentía como si estuviese sorda y muda. No tenía muchos medios que me permitiesen comunicarme pero tampoco recibí gran ayuda. Otro ejemplo totalmente diferente e igual de frustrante es cuando estás expresando tus ideas de un tema que consideras verdaderamente importante y sientes que el oyente no te presta nada de atención o le es absolutamente indiferente. 

Cuando doy clase a un alumno siempre me gusta comenzar creando unos minutos de diálogo; le pregunto qué tal está, cómo ha ido la semana, qué tal le ha ido con el estudio de la materia que le había asignado..., es curioso ver cómo mis alumnos reaccionan y también se interesan por mí y compartimos algunas anécdotas. Y es que, crear un buen ambiente comunicativo y empático en el aula siempre genera mejores resultados para ambas partes según mi experiencia. 






La vida me ha hecho valorar el sentido y la importancia de una buena comunicación. Esto es algo que tengo muy presente en el día a día desde hace unos años y que intento inculcar dentro de mi pequeña parcela tanto dentro de los centros educativos como fuera.